15 de abril de 2013

Secuestrada

Cuando se despertó, Alyssa se encontraba en un lugar desconocido para ella. Se encontraba sentada en el suelo, con las manos atadas a la espalda. No sabía como había llegado hasta allí. Sentía las piernas doloridas, como si hubiera estado sentada mucho tiempo. A duras penas miró a su alrededor, le dolía el cuello, supuso que sería por haber estado inconsciente con la cabeza echada hacia abajo.
El lugar donde se encontraba era una habitación, si se podía llamar así. Era más bien un pequeño antro maloliente y
sucio. Alyssa supo que el antro era un lugar sucio por el olor. Según ella, nada huele mal porque sí. De repente le entró el pánico. ¿Qué hacía allí?, ¿Porqué estaba allí?... Intentó gritar, pero no pudo. Se percató de que tenía una mordaza, quizá no se había dado cuenta hasta ese momento porque la boca se le había dormido debido al largo tiempo que la tuvo puesta. Alyssa comenzó a temblar y a ponerse de los nervios. Calló desmayada.
- ¡Eh!, ¡Despierta!
El individuo comenzó a zarandearla. Alyssa no despertaba, entonces este optó por abofetearla.
La oreja izquierda de Alyssa comenzó a pitar de la fuerza de la bofetada recibida.
-Si quieres agua asiente -dijo el individuo.
Alyssa aún seguía en sock, pero consiguió asentir. Se moría de sed.
El secuestrador salió del zulo y volvió pasados cinco minutos con un cuenco de agua.
-Te voy a quitar la mordaza y nos vas a gritar. Bebe como puedas, te dejo esto aquí.
Dejó el cuenco de agua en el suelo y salió del cuarto cerrando con llave, según se escuchó tras la puerta.
Alyssa tardó unos minutos en reaccionar cuando este salió. Se acercó al cuenco y bebió como pudo de él, agachando la cabeza a la altura de este. Cuando se hubo saciado, se apoyó contra la pared y comenzó a pensar.
 Recordaba que había salido con una compañera de trabajo a un pub,  cuando salieron de este se fueron a una discoteca cercana al pub. A las cinco y media de la madrugada, decidieron regresar a sus casas. Su amiga, Martha, se fue en taxi porque vivía muy lejos. Alyssa, en cambio, vivía apenas a tres minutos de donde estaban y decidió caminar, y hasta ahí recordaba. No sabía cuanto tiempo llevaba en el zulo, ni como le habían secuestrado porque, claramente, esto era un secuestro.
Tras pensarlo mucho decidió que, en cuanto volviera a entrar el secuestrador, intentaría mantener una conversación con él, para saber al menos en que posición que se encontraba y si su vida peligraba, al menos no había visto la cara de este porque llevaba un pasamontañas, esto la tranquilizó.
 El hombre tardaba mucho, para Alyssa estaba siendo una eternidad, seguramente habían pasado varias horas. Miró a su alrededor y se incorporó, le temblaban un poco las piernas de haberlas tenido tanto tiempo quietas. Comprobó que el secuestrador no se había tomado muchas molestias en mantenerla bien atada, ya que tan solo tenía las manos atadas a la espalda, pero se podía mover por la habitación a su antojo. Por un  momento pensó en gritar y pedir ayuda, pero la idea se le borró rápidamente de la cabeza, no sabía si el individuo estaba cerca, ni si tenía intención de matarla. Prefirió no tentar a la suerte y mantuvo la boca cerrada. Se puso de cuclillas e intentó aclararse la cabeza, tenía que pensar en algo, no podía esperar a lo que pasara, había que actuar.




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