3 de abril de 2013

Calvin Florence: El atraco


Eran las doce de la noche de un caluroso veinte de julio. Se encontraba Calvin con sus cómplices, Soler y Jota, en un bar-café de las afueras. Hablaban los tres amigos sobre el golpe que se haría efectivo el día veinticinco.
JOTA. —A ver, la cosa va así. A las nueve en punto nos encontramos en la calle San Marcelo, donde la casa roja. ¡Puntuales! Luego, desde allí vamos al chalet de Wender Soler, ¿Cien por cien seguro de que no estará Erik Wender ni su mujer?
SOLER. —Totalmente. Mañana se van de vacaciones a Brasil, hasta el día treinta.
JOTA. — ¿Qué tienes que hacer el jueves?
SOLER. —Dejar en el cubo de la basura, el verde, las herramientas y los pasamontañas.
JOTA. — ¿Luego?
SOLER. — Terminar de arreglar el jardín del chalet y dejar las llaves a la hija.

Mientras los dos secuaces hablaban, escuchaba Calvin tomando un café.
JOTA. —Y tu Calvin, ¿Qué tienes que hacer?
CALVIN. —Llevarme a Loren a cenar y luego al cine. Cogeremos la sesión de las once y cuarto y supongo que saldremos a la una. Al chalet llegaremos a la una y media como pronto.
Loren era la hija de los Wender, propietarios del chalet el cual sería desvalijado, según planeaban los ladrones, el día veinticinco.
JOTA. —Bueno, pues está todo dicho. No nos vamos a ver ni hablar hasta que llegue el día. Nada de llamadas entre nosotros y recordad, a las nueve en punto donde la casa roja.
Y así se despidieron los tres amigos que no se volverían a encontrar hasta el día del atraco.
Llegó el día veinticinco, eran las ocho de la noche. Soler se encontraba arreglando el césped de la casa de los Wender, ya que así se ganaba la vida. Cuando vio encenderse la luz de la habitación de la casa, que era la señal de aviso, rápidamente se dispuso a coger la bolsa de basura que contenía las herramientas y los pasamontañas que utilizarían para el atraco. Luego continuó con su trabajo. Poco tiempo después salió su cómplice, Calvin, con la hija de los Wender. Soler saludó a la chica, dándole las llaves de la casa, y a Calvin como si no le conociera y marcharon en el coche.
Llegaron al restaurante italiano que reservó Calvin la noche anterior. Tras esto fueron al cine. Durante la película, Calvin estuvo dándole vueltas al plan de robo. Pensó en si estarían terminando el trabajo o si aún no habrían comenzado. Cuando la película finalizó, Calvin intentó hacer todo el tiempo posible antes de volver al chalet de Loren.
LOREN. — ¿Por que das tanta vuelta? Por la avenida de la Placena hubiéramos llegado hace diez minutos.
CALVIN. — Es que quería probar una ruta alternativa, a ver si llegábamos antes, pero no.
Tras esto Calvin decidió ir directo al chalet. Antes, para avisar, mandó un mensaje a sus cómplices;
¨ Espero que ya hayáis terminado. Ya vamos para allá. Despejar todo.¨
Cuando llegaron, Calvin y Loren se encontraron con el percal. En la casa estaban las luces encendidas y había dos furgones de policía en la acera. Calvin, preocupado, no sabía donde meterse. Se acercaron a la policía para saber lo que había pasado. Les contaron que la alarma había saltado y que se encontraban dos sospechosos en la casa, los cuales en ese momento se encontraban el furgón policial. Mientras l policía hablaba con Loren, Calvin ideaba un plan de fuga ya que suponía que sus dos compañeros cantarían fácil.
CALVIN. —Loren, voy a aparcar el coche bien y ahora vuelvo.
LOREN. —No tardes.
CALVIN. —No…
Ésta sería la última vez que Loren vería a Calvin.
imagencalvinflorence2

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por comentar!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...